Fue tema de debate durante toda la semana en Colombia. ¿Pueden James y Quintero, de características similares, jugar juntos? Y tras la goleada cafetera sobre Polonia, quedó demostrado que no pueden, DEBEN hacerlo.
Juntos, formaron una sociedad imparable a fuerza de talento y calidad. La decepcionante Polonia, por más de haber tenido, por momentos, una línea de cinco bien plantada atrás, no pudo hacer mucho para frenarla.
De su claridad nacieron los tres goles del equipo: el primero, tras una jugada preparada a la salida de un corner; el segundo, con un pase entre líneas de Quintero; y el tercero, de una pelota profunda de James.
Ahora nadie duda. Pero es un concepto que, bien aplicado, puede funcionar en cualquier equipo: siempre hay lugar para los talentosos. Y es mejor defenderse con la pelota que acumulando hombres en el fondo.