Desde que Nasser Al Khelaifi desembarcó en París, su gran objetivo ha sido el de situar al club galo en lo más alto del fútbol europeo y mundial. Pensando en eso, el magnate qatarí ha invertido en los últimos siete años un total de 1.115 millones de euros, pero nunca ha podido avanzar de cuartos de final, e incluso se ha visto humillado.
El sueño europeo bajo su mandato comenzó en la temporada 2011-2012 en la Europa League. A pesar de la incorporación de Javier Pastore por 42 millones de euros (un récord para el club en ese momento), el equipo no pudo avanzar de la fase de grupos de aquel torneo. En aquella ocasión, los parisinos terminaron en la tercera posición del Grupo F, por debajo del Athletic de Bilbao y del Red Bull de Salzburgo. En Liga quedaron segundos y aseguraron su lugar en la siguiente edición de la Champions, después de una inversión de 107,1 millones de euros.
A partir de la siguiente temporada, con las incorporaciones de jugadores como Zlatan Ibrahimovic, Thiago Silva, Lucas o Lavezzi, el torneo local fue un mero trámite y la prioridad volvía a estar en Europa. Aquella temporada fueron 149, 9 millones, pero el PSG no pudo avanzar de cuartos después de caer a manos del Barcelona, en una eliminatoria muy igualada que se decidió a favor de los catalanes gracias al gol de visitante.
Para la 2013-2014, la misma tónica. Al Khelaifi puso de nuevo los billetes (135,9 millones), pero ni con la incorporación de Cavani, que terminó sintiéndose relegado por el papel protagónico de Ibra, pudo avanzar. En aquella ocasión, el Chelsea fue el equipo encargado de aguarle la fiesta al PSG, que tuvo que conformarse, nuevamente, con los títulos domésticos.
Las siguientes temporadas nuevamente fueron maquilladas por los títulos domésticos. En la 14-15 cayeron a manos de su máximo verdugo, el Barcelona; al año siguiente no pudieron con el City, y en la edición pasada, una ventaja de 4-0 en el partido de ida, no fue suficiente para eliminar al Barcelona. Fueron 304,1 millones de euros sin mayor éxito.
La humillante eliminación a manos del Barcelona, en la pasada edición, parece que obsesionó aún más a Al Khelaifi con el sueño de la Champions. Sin embargo, ni con el fichaje más caro de la historia (Neymar), ni con el segundo (Mbappe), el equipo parisino logró superar a un Real Madrid, que demostró que en sus horas bajas, suele aferrarse a su torneo favorito: la Champions.
A pesar del éxito a nivel doméstico, en donde ha ganado cuatro de las últimas seis Ligas, además de tener la quinta prácticamente en la bolsa, el París Saint Germain ejemplifica perfecto la trillada frase de que el dinero no compra la felicidad.
-EL BALANCE DEL EQUIPO PARISINO-
Fuente: Diario AS