A cuatro días del Clásico Cruceño, los jugadores del primer plantel de Oriente Petrolero determinaron retirarse de su campamento sin entrenar. ¿El motivo? La dirigencia les debe dos meses de sueldo y se había comprometido a cancelar por lo menos uno de ellos en esta semana.
Minutos más tarde, en conferencia de prensa, el presidente del club, José Ernesto Álvarez, les echó la culpa a algunos dirigentes de la Federación Boliviana de Fútbol, cuyas cuentas bancarias fueron congeladas por irregularidades en las últimas horas. “Nos están perjudicando”, aseguró.
“Nosotros tenemos, además de los 275 mil dólares de premio por la clasificación en la Copa Sudamericana, otros dineros ahí, retenidos por la irresponsabilidad de estos dirigentes. (…) Queríamos aclarar eso. Nosotros no tenemos ninguna responsabilidad en esto”, completó. ¿Y ahora?