Hay un nuevo Farías en Achumani y lo quiere demostrar. Tras no tener el éxito esperado en replicar el modelo de juego de su hermano, Daniel decidió hacer sentir su mano en la reanudación del torneo liguero, ante Guabirá. Y mal no le fue: Strongest jugó un buen partido y le ganó con comodidad a un rival que no propuso absolutamente nada. ¿Será el comienzo del resurgir gualdinegro?
La línea de tres y los carrileros: Sin cambiar muchos nombres, el venezolano apostó por reestructurar la defensa. Diego Bejarano, Luis Maldonado y Fernando Marteli oficiaron gran parte del partido como centrales, mientras que Rodrigo Vargas –en una posición nueva para él– y Marvin Bejarano estuvieron sueltos por los costados, haciendo una ardua labor de ida y vuelta que le dio más dinámica al equipo.
Veizaga, de vuelta a su posición: Este sábado, por primera vez en meses –durante el ciclo de César Farías, pasó a jugar recostado por el andarivel izquierdo para que Diego Wayar funja de volante de contención–, el ex Wilstermann y Oriente Petrolero recuperó su puesto, y el equipo lo sintió: con mucha jerarquía, manejo los hilos del mediocampo y le dio más fluidez al juego que pretende el nuevo entrenador.
El Chuma de antes: Tras un semestre explosivo que lo dejó a las puertas del equipo más campeón de la historia de la Libertadores, el carismático Chumasteiger, de a poco, está volviendo a ser el mismo de las anteriores temporadas. Contra los montereños no tuvo mucho protagonismo en zona de definición –desde la llegada del nuevo técnico no volvió a jugar de extremo–, pero fue importante como volante de marca.
