Si hay algo para destacar en la descolorida actuación de Bolívar ante Deportes Tolima, es sin duda la solvente actuación de Ronald Raldes, el único –salvo algunos pasajes de Edemir Rodríguez y Ronnie Fernández– hombre de La Academia que mantuvo el nivel que venía mostrando en la Liga.
En la línea de fondo, haciendo pareja tanto con Mauricio Prieto como con Ronald Eguino, el capitán de La Verde hizo pesar su experiencia para plantarse firmemente en (casi) todas las embestidas de los colombianos, y a estas alturas del semestre, ya es sinónimo de tranquilidad –esa que tanta falta le hizo sobre el cierre del torneo pasado– en la defensa celeste.
De cualquier manera, lo cierto es que, a pesar de no haber tenido su mejor noche, Bolívar obtuvo el pasaporte a la siguiente instancia de la Conmebol Sudamericana: los dieciseisavos de final; y, tal como dijo Beñat San José al término del partido, “ganando, perdiendo, clasificando o quedando en el camino, siempre hay cosas por corregir y por mejorar”.