Lo pregonaron todos, era una especie de examen final a toda la temporada que comenzó en abril de 2016, porque cuando llegó César Farías al Tigre dijo algo “tenemos que aprender a jugar de visitantes”, y esa terminó siendo la clave en esta Copa Libertadores.
Cuando The Strongest clasificó a la edición 2017 de esta Copa, la Libertadores tenía otro formato, con el cambio y las decisiones de Conmebol tuvieron que enfrentar una segunda fase inesperada, y el Tigre tuvo que sortear dos series previas antes de ingresar a la zona de grupos, lo hizo bien, sin perder y goleando, llegó invicto a su grupo dos.
En esa zona el Tigre sumó casi siempre, siete puntos en La Paz y dos puntos fuera, uno en Lima -con la baja de su capitán- y otro en Bogotá -con la obligación de sumar para clasificar-, lo hizo y como dijo su entrenador, en una Copa con diez partidos jugados han sumado puntos en nueve encuentros, demostrando que captaron la idea, asimilaron el reto y este Tigre aprendió a sumar jugando fuera de casa, para seguir soñando con la Conmebol Libertadores.
