Fueron varios los momentos en que los altavoces pedían respeto, la sanción sobre la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP) en Chile, no ha sido aprendida para sus hinchas. Es que Conmebol es así, sanciona a las instituciones y no a quienes de verdad deben asumir su responsabilidad.
El partido contra Bolivia tuvo que cambiar de escenario porque el estadio Nacional está castigado, como el cemento fuera el que canta o insulta. Los mismos hinchas agresivos de boca, que obligaron a cerrar el principal escenario de Chile, ahora fueron al Monumental en la comuna de Macul. Los altavoces fueron insistentes cuando comenzaron con los saltos alusivos al mar, “por favor, respetemos al rival”, ya no era un pedido, era una imploración de la ANFP.
“El que no salta no tiene mar”, es un canto que excede el folklore del fútbol, puede ser denunciado como incitación de violencia, discriminador y xenófobo, ni que hablar de los dichos con los jugadores de color, o el “Puto” que acostumbrar lanzar a los arqueros visitantes y que contra Bolivia no fue la excepción.
Los dirigentes del fútbol en Chile, están en la cornisa y lo saben, Chile podría comenzar a jugar sin público o incluso puede ser obligada a salir a jugar en terrenos neutrales. No aprenden la lección. Es el único país que tiene que hacer campañas para respetar los himnos visitantes, recuerden la famosa tarjeta verde en la Copa América de Chile. Los estadios de fútbol en Chile no terminan de separar lo que es una contienda deportiva de los muchos problemas políticos, bélicos y culturales que tienen con sus vecinos, y esto puede tener un precio elevado para su selección.