Cuando lo imposible se hace posible

La gimnasia artística se dio inició con las competencias de equipos, donde los países pelean el título olímpico para ser los mejores del mundo. Los hombres iniciaron el sábado y las mujeres el domingo, pero lo curioso está en que a pesar de que estaban compitiendo grandes equipos como Rusia y Estados Unidos, una gimnasta uzbeca se llevó la atención de periodistas y seguidores de este deporte.
Foto: Tom Pennington / Getty
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La gimnasia artística se dio inició con las competencias de equipos, los países pelean el título olímpico para ser los mejores del mundo. Los varones iniciaron el sábado y las mujeres el domingo, pero lo curioso está en que a pesar de que estaban compitiendo grandes equipos como Rusia y Estados Unidos, una gimnasta uzbeca se llevó la atención de periodistas y seguidores de este deporte.

¿El motivo? el hijo de Oksana Chusovitina nació en 1999 y a los pocos años enfermó de leucemia, por lo que optó por continuar su carrera en Alemania para estar cerca de su hijo en el duro tratamiento. Ella compitió por ese país e incluso, ganó una medalla en olímpica individual, fue en Pekin 2008, medalla de plata en salto.

La gimnasia está cambiando, ya no es solo un deporte para niñas. Así lo está demostrando Chusovitina, que empezó a competir con la antigua Unión Soviética y ahora con 41 años, asume sus séptimos Juegos Olímpicos. Ya en 2003 sorprendió al mundo compitiendo con 28 años. En ese entonces, se consideraba una edad imposible -porque Nadia Comaneci se consagró con 14 años en Montreal 76- y comenzó el monopolio de estrellas jóvenes.

Oksana ahora está compitiendo, nuevamente por Uzbekistán, y nos demuestra que no existe lo imposible. Mi entrenadora siempre me decía “El que quiere puede” y aunque ahora vemos a una gimnasta sonriente en Río 2016, no sabemos las tormentas que tuvo que atravesar.

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